..."ya tienes las postales del Paraguay, ya tienes las valijas sobre el diván... te vas..."
Hechizos de lo conmemorado vuelcan sangre sobre el pasto, un espejo roto, y ¿qué más puede suceder?. Evidentemente la mala suerte condena cada paso; pero nosotros no caminamos, flotamos. La tarde voló entre minutos y segundos: un rico jugo de naranja, mi perrita sin nombre haciéndome compañía y Bowie sonando en el volumen ideal, las cenizas rodaban cansadas por el piso e increíblemente no se mareaban. Incluso puedo estar describiendo un lindo momento, instante devaluado entre ratos atemporales; pero hoy me duele la cabeza, así que mejor no...
¿Y cómo poder explicarle todo a una estatua viviente?. Es una rutina que me pesa tanto tanto... luego de una frustración cuesta predisponerse a conocer gente 'nueva', entre comillas, porque no son más que los mismos sujetos con iguales nombres, números repetidos, mundo monocromático... ; y ante las mismas preguntas, qué desgano el comenzar con este perpetuo juego Carrera de Mente. La natural respuesta fluye por la conciencia pero la incomprensión marchita las hojas del Cuaderno de la Buena Compañía.
No, es que creo que jamás serás feliz; lo creo, sí, pero no lo sé. Pensá... alguna vez estuviste seguro de algo?. Te admiro entonces, tal vez te emocionan las novelas de Andrea del Boca. Y cuánto lo envidio!. Pero no, no es así, no quiero morir. Quiero mutar. Te daría miles de por qué, pero en este momento sólo se me ocurre uno 'no quiero morir, más bien quiero mutar para vivir sin darme cuenta que me teletransporté a ese lugar soñado por él; por él, por mí, por nosotros'. Suena egoísta, no?. Lo reconozco, pero no niego la entrada a demás idealistas dentro de este nuevo paraíso a estrenar, aunque dudo que muchos ambicionen dar el primer paso.
Y después de tanto discursito, entre sonrisas de dientes apretados y miradas circulares, no queda más que decir un
nos vemos/ te llamo. Agobiantes las relaciones sociales con gente circunstancial, pero aislando esa ingenua imagen amorfa, logrando despojar los hilos de colores que mueven cada acción inmediata... las marionetas caen al piso y la esencia se transforma en brillo. Tal vez por esa razón popularmente la noche resulta 'prometedora'. Tal vez por eso las chicas usan suntuosas sandalias doradas. En fin, la realidad aparente es simplemente eso, la conexión entre juguetes de la infancia y el calzado de alguien que ignora. No sé la tuya, pero mi 'realidad' no es más que una desdichada y vacía caja de zapatos con olor a encierro.