No es que no sea capaz de decir la verdad, solo que la "fiesta" terminò junto con el año que pasò. No es que no haya vivido una noche estrellada y con fuegos de artificio; artificial fue la alegrìa y los motivos de sobra para festejar. Una comida un poco màs especial que lo habitual hecha solo porque el calendario se plantò casi soberbiamente en todos los recovecos de la rutina. No me fascina eso de ser la hija ideal, la estudiante aplicada, la novia completa ... ¿Y a mì què me importa?. Nunca me gustò hacer balances de lo que pasò o poner esperanzas positivas en lo que vendrà. Hoy veo todo tan mediocre que no tengo mucho màs que esperar. No tengo ideas previas; por lo gral., cuando escribo por este medio, tipeo, nada màs (eso es bastante notorio). Pero entonces llega la parte en la que se impone el punto final (.) y entonces pienso ¿para què escribo?, ¿a quièn le puede importar todo esto?, ¿se entiende realmente?, ¿expresa mìnimamente todo lo que se: muere, grita, reprime, contradice, alborota, llora, extraña, maldice, en mi mente?. La misma mente que miente, demente, cuando piensa que las cosas estàn mejor asì y mientras tanto escucha con falsa crediblilidad frases que se venden al por mayor en alguna parte. En cualquier momento, en cualquiera, puede ser ahora mismo, o no, mañana, sì, mejor, porque ahora no me animo. Saben?, voy a vender a mì mìsma, amarìa venderme a ese pasado limitado, tiempo previo sin reconocimiento de luces ni bosques espesos, volver al principio de la historia, volver a cero, al

habìa una vez

en los tiempos de hadas azules.


Es mi forma de escribir, y sinceramente, muchas veces me siento presa de ella.


Bienvenido 2006 ...