Destrucción y el sonido mas sucio que se pueda imaginar harapos restos de la era comercial salpicados en tachos de basura junto a cuerpos tirados en calles donde corren insectos observados por seres humanos llenos de odio e hipocresía que no son más que imágenes abstractas de lo que un verdugo quiere construir mientras resuena un timbre de voz grueso de hombre y una voz tremendamente histèrica de mujer que no puede caminar ni dos pasos erguida en sus tacos de veinte centímetros con su pollera ajustada que grita y miles de niños soberbiamete ingenuos que intentan despertar una amarga ternura mientras juegan con reglas bèlicas en medio de la calle donde automóviles feroces arriesgan la suciedad de sus ruedas al mancharse con sangre y mientras se entrelazan a ellas los finos cabellos enrulados de la dueña de una muñeca que le habìa sido regalada hace tan solo unos días para su cumpleaños número pequeño


Ahora no digan que todo es una gran farsa. No tengo ganas de develar el misterio.