fue tal vez esa mirada encontrada,
calma
comprensiva
somnolienta
un mirar que mutó en abrazo,
aunque no haya sido dado
aunque no haya sido recibido
un pensamiento que impactó en el aire,
estéril
problemático
de los dos
un instante que fueron segundos,
sin tacto
sin gusto
sin voz
un modo siniestro y eterno,
extenuante
paradójicamente bello
manipulador
A y B.
puedo elegir cualquier letra del abecedario
puedo contar hasta mil y volver a empezar
cada vez que el desvelo lo permita.
puedo simular que no sé las reglas de este juego, también,
y que me arriesgo
a ganar
o a perder,
a perderte.
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