Para completar el álbum se tardará toda una vida. Habrá que adquirir unas cuantas de "esas y aquellas otras" y descubrirlas con entusiasmo. Encontrar sus verdaderos significados, aprender a colocarlas en el casillero indicado, quererlas, darles un valor único.
No deja de ser una inversión mutada en adicción: "hasta no conseguir la imposible, no paro". Y sociabilizamos intercambiándolas -nos formamos-, late late late... no late. Sí: no late más. Con la muerte se va nuestro universo construido de palabras, aquellos límites que la educación tan perfectamente nos hizo asimilar, tanto que aprendimos a manifestar sentimientos de los más profundos a través de ellas; signos como un veloz vehículo de nuestros pensamientos. Instrumento eficaz para construir juicios, armando así el camino mas directo hacia una realidad aparente. Y sin dar lugar a grandes dilemas semióticos (y reprochándome por estos modos de pensar tan vulgarmente efímeros), junto días en el bolsillo para que llegue ese momento ansiado: retirar el premio merecido por la preciada colección de vocales y consonantes.