Hoy no hay más calles.
Menos mal que nunca creí en el absoluto; ese camino lleva a ninguna parte, no existe en él, grado alguno de esperanza o asombro. Tampoco hablo de un sitio donde estar, porque no hay cuerpo que ubicar; personas invisibles si las quiero recordar.
¿Quién y cómo puede hablar con una voz tan clara y sin grietas en la garganta?. Sin esos tropiezos inevitables sobre llanuras cubiertas de escarcha.
De pronto el envoltorio de algo valioso se transforma en papel de diario.
Sin meditarlo demasiado, esta vez mi refugio será mi nuevo/ adorable acolchado.
"Frases hechas. Tomo II": BASTA DE TODO.
...Y es que suena tan sincero: bastadetodobastadetodobastadetodobastadetodo.
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