SOCIEDAD TRAS LA REVUELTA SOCIAL
Comenzaron a demoler la Casa de la Juventud “okupa” en Dinamarca. Con grandes máquinas a las que se les borró el nombre de la empresa a la que pertenecen, y con obreros con el rostro tapado para no ser identificados, se llevó adelante la demolición del edificio desalojado el jueves pasado. El hecho había provocado una sorpresiva y violenta reacción, que derivó en disturbios y la detención de 650 jóvenes.
Trabajadores comenzaron ayer la demolición de la Casa de la Juventud de los "okupas" en el centro de Copenhague, cuyo desalojo el jueves pasado provocó disturbios y la detención de 650 jóvenes que lo resistieron, informó la televisión danesa. Con grandes máquinas, a las que se les borró el nombre de la empresa a la que pertenecen, los obreros emprendieron la demolición mientras grupos de jóvenes, mantenidos a distancia por la policía con perros, observaban la destrucción del viejo edificio que consideraban su "casa" en Copenhague. La red de televisión TV2 mostró las imágenes de las tareas y remarcó que los operarios trabajaban con su rostro cubierto para no ser identificados por los jóvenes, informó la agencia italiana ANSA. La vida en la ciudad transcurrió en tranquilidad desde antes de ayer tras varias jornadas de violencia inéditas que comenzó el jueves pasado cuando los jóvenes fueron desalojados del edificio. Ese día fueron detenidas 650 personas, entre ellas 144 extranjeros provenientes en su mayoría de Alemania, Suecia y Noruega. El último sábado, cerca de 2.000 personas protestaron en la plaza de la Comuna de Copenhague contra el desalojo del centro cultural. El edificio en que funcionaba la Casa de la Juventud fue concedido por municipalidad de Copenhague en 1982 a grupos de jóvenes que participaban de un entonces incipiente movimiento de toma de viviendas para los sin techo y, con el tiempo, se convirtió en un espacio dedicado a muestras culturales y fiestas. El movimiento "okupa" reúne a jóvenes antisistema entre los que prevalece una ideología de raíces anarquistas. En 1999 la comuna decidió vender el edificio que fue adquirido por una organización cristiana conservadora que logró, hace un año, una decisión judicial de restitución del inmueble. Pero los jóvenes que administraban el centro cultural resistieron el mandato juvenil reivindicando las actividades que realizaban y la conservación del edificio como patrimonio arquitectónico de la ciudad, argumentos que finalmente fueron desestimados por la justicia. Además propusieron que la agrupación cristiana se afincara en otro terreno de la urbe, pero esa solicitud fue rechazada por el gobierno municipal.
Trabajadores comenzaron ayer la demolición de la Casa de la Juventud de los "okupas" en el centro de Copenhague, cuyo desalojo el jueves pasado provocó disturbios y la detención de 650 jóvenes que lo resistieron, informó la televisión danesa. Con grandes máquinas, a las que se les borró el nombre de la empresa a la que pertenecen, los obreros emprendieron la demolición mientras grupos de jóvenes, mantenidos a distancia por la policía con perros, observaban la destrucción del viejo edificio que consideraban su "casa" en Copenhague. La red de televisión TV2 mostró las imágenes de las tareas y remarcó que los operarios trabajaban con su rostro cubierto para no ser identificados por los jóvenes, informó la agencia italiana ANSA. La vida en la ciudad transcurrió en tranquilidad desde antes de ayer tras varias jornadas de violencia inéditas que comenzó el jueves pasado cuando los jóvenes fueron desalojados del edificio. Ese día fueron detenidas 650 personas, entre ellas 144 extranjeros provenientes en su mayoría de Alemania, Suecia y Noruega. El último sábado, cerca de 2.000 personas protestaron en la plaza de la Comuna de Copenhague contra el desalojo del centro cultural. El edificio en que funcionaba la Casa de la Juventud fue concedido por municipalidad de Copenhague en 1982 a grupos de jóvenes que participaban de un entonces incipiente movimiento de toma de viviendas para los sin techo y, con el tiempo, se convirtió en un espacio dedicado a muestras culturales y fiestas. El movimiento "okupa" reúne a jóvenes antisistema entre los que prevalece una ideología de raíces anarquistas. En 1999 la comuna decidió vender el edificio que fue adquirido por una organización cristiana conservadora que logró, hace un año, una decisión judicial de restitución del inmueble. Pero los jóvenes que administraban el centro cultural resistieron el mandato juvenil reivindicando las actividades que realizaban y la conservación del edificio como patrimonio arquitectónico de la ciudad, argumentos que finalmente fueron desestimados por la justicia. Además propusieron que la agrupación cristiana se afincara en otro terreno de la urbe, pero esa solicitud fue rechazada por el gobierno municipal.
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