En blanco no es nada, es un todo que me construye como ser infinito; digo, repito, canto canciones que no son mías, me adueño de lo ajeno, hago propias las palabras que usan los demás, pero solo aquellas que me parecen graciosas. Si las pronuncio soy el otro, si las callo, estás dentro mío. ¿Y si las grito?, entonces corro, huyo hacia un lugar donde nadie me reconozca, donde pueda olvidar mi nombre y mi secreto: un mensaje oculto que no es más que puro sentimiento. No sé porqué escribo, no sé porqué pienso. Sería lindo detenerme en este preciso instante y no mirar renglones más arriba, para así no relacionarlos con cosas que sí son tangibles, que se manifiestan en mis sueños y en mis días. Quisiera ver llover, pero creo que no depende de mí esta vez. Busco esa magia y la verdad dicha que entristece, que el Universo nos una o nos separe; y así estoy, como siempre.